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domingo, 21 de diciembre de 2014

DON CÁNDIDO Y LAS NIEBLAS

Camino del colegio voy arropado por una niebla que apenas me deja ver los pies. Aterido, las manos en los bolsillos y la barbilla pegada al esternón envidiando la posición de privilegio que días como hoy ocupa el inalcanzable ombligo. La cabeza está en su sitio sólo porque está encima del cuello, pero está ocupada en repasar los fenómenos atmosféricos en los que el agua es la estrella: lluvia, granizo, nieve y niebla.

Sugestionado por el ambiente, estaba actuando como el mal estudiante que aplica, con absoluto convencimiento, una lógica aplastante de que no le van a preguntar lo que ha estudiado poco o nada, en función de la ley del mínimo esfuerzo, desafiando todas las demás leyes de la estadística y probabilidades. Quedamos cinco por salir a la pizarra, está al caer, y qué mejor día que hoy para que Don Cándido me pregunte por las nieblas.

Iglesia de San Martín. Trujillo.

Al fin y al cabo puede decirse que la niebla es una nube a ras de suelo, donde la humedad del aire es del 100%. Se pueden clasificar según su génesis en:

Nieblas de evaporación. Este tipo se forman por evaporación de agua.
Nieblas de vapor: se llaman así porque hay una evaporación de agua que está más caliente que el aire que le circunda. Se producen generalmente en otoño, cuando lagos y ríos aún no se han enfriado desde el verano y si el aire que está encima de ellos es muy frío, la evaporación de agua hará que se sature de vapor. También aparecen en las zonas polares llamados “humos del mar ártico”, cuando una porción de mar aún sin hielo es visitado por una corriente de aire helado formándose columnas de nieblas.
Nieblas frontales: se forman cuando el agua de lluvia está a más temperatura que el aire por el que atraviesa, se produce evaporación dando lugar a nieblas espesas y persistentes.



Monasterio de San Francisco el Real de la Coria. Trujillo


Nieblas por enfriamiento. Se producen por saturación del vapor de agua en el aire debido a una disminución de la temperatura.
Nieblas por convección: Son nieblas marinas en las que una masa de aire caliente y húmedo se encuentra con otra corriente fría. Esta disminución de la temperatura hace que se condense el vapor de agua. También se llaman nieblas de arrastre o advección.
Nieblas por radiación: son las más conocidas. Se dan en el interior generalmente en anticiclón, sin viento y en noches claras, sin nubes que actúen como aislante, al perder calor la tierra se enfría rápidamente así como la masa de aire cercana. Esta bajada de temperatura hace que el aire se sature de vapor y condense el agua apareciendo las nieblas temidas por conductores y que hacen felices a fotógrafos. Se disipan en pocas horas con el sol.
Nieblas orográficas: aire caliente y húmedo asciende por las laderas de montañas y que en su ascensión se enfría por un fenómeno de expansión al disminuir la presión atmosférica. Este enfriamiento conlleva que el vapor de agua llegue el punto de rocío.




Don Cándido dedica casi la mitad de su clase de Ciencias Naturales a preguntar porque así cree que estudiamos todos los días. Y no le falta razón. Su peculiar estilo de sorteo, asignando a cada uno de nosotros una carta de la baraja española puede ser divertido, pero si por el capricho de la probabilidad y del azar te toca ser protagonista, la espera se convierte en pavor. El método es sencillo; el as de oros es el número uno de la lista y el rey de bastos es el cuarenta porque ha quitado los ochos y nueves para que la relación resulte fácil. El as de copas es el 11 y el de espadas el 21... Incluso tiene resuelto el contratiempo en las clases de más de 40, volviendo a repetir desde el principio las cartas de la baraja, pero ahora rayadas con un boli.


Plaza Mayor de Trujillo y Torre del Alfiler.

“Sota de oros…que corresponde al número 8…a ver la lista… ¡Navarrete te ha tocado!” El camino desde el pupitre, casi al final de la clase, hacia el encerado se hace con la típica tensión cuando vas al volante y te para la Guardia Civil, que aun teniendo todos los papeles en regla siempre cabe la posibilidad de la sorpresa del radar camuflado. Una vez en la tarima, la pregunta: “Con el frío que hace, se me ocurre… ¿qué sabes de la nieve?” Mi semblante se quedó helado, blanco, como la nieve.



Un pareja de enamorados.


jueves, 20 de noviembre de 2014

CASTILLO DE NOGALES





En el fantástico mundo de los cuentos de princesas y caballeros siempre aparece un castillo, con su torre, foso, puente levadizo y almenas. Más allá de nuestra imaginación, a veces la realidad brinda la oportunidad de sumergirnos en ese ambiente fabuloso y genial en un abrir y cerrar de ojos.

En un enclave maravilloso, donde confluyen las comarcas de Los llanos de Olivenza, Tierra de Barros y Sierra Suroeste, se eleva el Castillo de Nogales.

Escudos Figueroa-Manuel




Dicha fortaleza, según la inscripción sobre la puerta de la torre del homenaje, “Mandola facer aquí por la salud del pueblo e defensa de su tierra e de los moradores della" el noble caballero don Lorenzo Suárez de Figueroa, primer conde de Feria, en 1458. También se observan los escudos de Figueroa y de su esposa María Manuel. 







Escudos Figueroa-Manuel y Osorio-Rojas



Sin embargo, al morir don Lorenzo en 1461, le sucedió su hijo Gómez que terminó el castillo y colocó otra inscripción, ésta en el recinto exterior, en la que se indica que fue terminada por Gómez Suarez de Figueroa en el año 1464. Los escudos que aparecen sobre esta inscripción son los de Figueroa-Manuel, padres de Gómez Suárez II, a la izquierda, y los de Osorio-Rojas, su mujer, a la derecha.





Para salvar el foso, el acceso por su única puerta se hace a través de una plataforma que sustituye al original puente levadizo. La muralla con torreones cilíndricos en las esquinas, rodea a una esbelta torre del homenaje. Desde sus más de 30 metros de altitud se puede ver desde la vecina Sierra de Monsalud a una vasta zona que llega hasta Portugal, además de divisar los castillos de Salvatierra de los Barros y Feria.



La torre cuenta con pequeños vanos practicados en sus gruesos muros, rematados con piezas de estilo gótico en piedra labrada. Posee tres plantas en su interior cubiertas cada una de ellas con una bóveda de crucería, que se subdividían en seis cámaras por medio de vigas de madera cuyos vestigios aún se conservan. Consta además con un aljibe de dos plantas por debajo del nivel de la puerta.

Aljibe

Dentro de lo que fue el recinto amurallado, junto al patio de armas, se encuentra la Iglesia Parroquial de San Cristóbal, construida a la vez que el castillo.  Su ábside no es poligonal como los de su época sino cilíndrico, pues fue torre avanzada dentro del sistema de defensa. Todos los nogaleños se han bautizado en su pila bautismal, que es de la época de construcción del castillo e iglesia, y está adornada con la heráldica de los Figueroa.

Iglesia de San Cristóbal


Aquellos nobles habitantes del castillo han dejado huella en la gente del lugar. Muestran, orgullos de su pueblo, el principal símbolo que a todo viajero le queda impreso en la retina, con amabilidad, hospitalidad y nobleza, patrimonio que no se ve pero se siente. (Gracias Patricia. Gracias Rosi).








...un pedacito de Extremadura.


Un pequeño aporte al V Encuentro de Blogueros de Extremadura que patrocina la Dirección General de Turismo del Gobierno de Extremadura. Trujillo.





lunes, 17 de noviembre de 2014

AUTUMNUS

Las leyes de la naturaleza actúan siempre de la misma forma, en cualquier sitio y para todos. Se puede decir que son justas e inviolables. Sólo se parecen a las que inventa la humanidad en que su desconocimiento no exime de su cumplimiento (ignorantia juris non excusat).

Desde tiempos inmemoriales, el hombre se ha preguntado el porqué y el cómo de los hechos que suceden en su entorno. La naturaleza nos brinda incansablemente, una y otra vez los mismos fenómenos con cierta periodicidad y por fin, cuando nos damos cuenta de ello, queremos saber cómo sucede y por qué. Resolver el enigma está sólo al alance de unos pocos, de científicos únicos y a veces admirados.

En un lugar de Badajoz...

Hay días en Noviembre que invitan a salir a la calle y a disfrutar de la naturaleza de la urbe.  Puede que las hojas caigan y ofrezcan una amplia gama de tonos de color ocre. La luz del sol, que cada día que pasa es menos generosa, podría inducir al pensamiento lógico de que el planeta se aleja del astro rey. O no, puede que haga incluso calor y las flores estén en su plenitud. Nos acercamos hacia el Sol y al verano. Depende, claro está, de que nos encontremos en el hemisferio norte (boreal) o en el sur (austral).

Plátano de sombra (Platanus hispanica)


Nos han enseñado que las estaciones se deben a la inclinación del eje rotacional de la Tierra sobre el plano orbital. Los 23 grados y 27 minutos de inclinación hacen que durante un determinado período del año, uno de los hemisferios esté más enfrentado hacia los rayos del sol y en éste, será primavera o verano.


Época de nieblas

Y entonces ¿nos alejamos o acercamos al Sol? Bien, pues sabemos que la órbita de la Tierra alrededor del sol es elíptica y cosas de la Naturaleza, durante nuestro paseo en noviembre, nos dirigimos hacia el Sol.


Luces y sombras